¿Conocéis ese momento en el que te decides a realizar algo y todo son obstáculos? ¿Has intentado realizar un sueño y todo el mundo te dice que no podrás? Crees en tí y crees que lo lograrás, pero no tienes medios… ¿Lo has sentido alguna vez? ¿Conoces esa situación?
Este post trata de esfuerzo y de constancia, y de pensar que el fin, a veces, si justifica los medios. Si te preguntas que cientos de grandes montañeros subirán más alto, picos más difíciles y seguramente más rapido, estás en lo cierto, pero esta historia no va de eso… Simplemente trata de creer en uno mismo y de querer luchar por un fin que merece la pena.
Imagina ese clásico montañero que quiere subir la montaña más alta de cada provincia, el llamado «techo provincial«, y que por causalidades de la vida, se ha ido postponiendo. Bueno, como a mucha gente le pasa, esas causas pueden ser no tener dinero, trabajar 6 días a la semana, miles de kilómetros de por medio entre el inicio y el fin del reto, hacerle caso a la gente que dice que no se podrá hacer. Uno de esos montañeros es Bautista Bermúdez.
Sigue con su vida, realiza durante años algunas pequeñas acciones solidarias… Y durante todo ese tiempo se queda maravillado de la empatía, del trabajo y las acciones de varias asociaciones de lucha y apoyo a enfermedades de cáncer y párkinson.
Llega un día que se cansa del «postureo» de alguna gente que dicen que son solidarios porque un día donaron, ayudaron o cooperaron con alguna causa, y se pregunta si no se puede ayudar comprometiéndote más y mejor. Entonces recuerda esa frase de «dale un pez a un hambriento y comerá un día, enséñale a pescar y no volverá a estar hambriento», y decide hacer algo.
Y Bautista Bermúdez pensó ¿qué es eso que no has podido hacer o que tardarías años en hacerlo? Y recuerda: Ascender los 52 Techos provinciales. ¿Cómo podrías ayudar a esas asociaciones? Pues dándolas a conocer, hablando de sus servicios, fomentando las acciones y la cooperación. ¿Eso es ser un «embajador» de una causa? Embajador o humano, ¡qué mas da! La cuestión era empezar.
En diciembre de 2015 volvieron a decirle «No tienes medios, no puedes hacerlo y vas a tardar muchos años si lo intentas». Ese día, decidió hacerlo. En enero de 2016 estudió y preparó cada una de las 52 ascensiones, y coronó las cimas en su cabeza. Daba igual repetir alguna desde diferentes lugares, añadir más o meter alguna internacional, lo importante era el camino y el fin ¡Lo dificil ya estaba hecho! En febrero de 2016 coronó su primer pico y en diciembre consiguió su techo 25.
Casi la mitad del proyecto estaba realizado apoyando a la Asociaciación de Mujeres Afectadas de Cáncer de mama y ginecológico de Albacete (AMAC) y a la Asociación de Familiares y Enfermos de Párkinson de Albacete (AFEPAB). En esa época se enteró que el hijo de un buen amigo, había sido diagnosticado de Síndrome X-Fragil, y decidió cooperar también con ese tema. Hoy también valora colaborar con otras causas que ha ido conociendo relacionadas con el mundo animal y medio ambiente.
Me quito el sombrero ante esta gran ¨aventura¨ de Bautista Bermudez, «52 Techos Solidarios«, este tipo de proyectos y personas son los que hacen grande este mundo. Podréis saber más sobre este proyecto o contactar con Bautista clicando aquí.
«Nuestro camino no es por fáciles prados de hierba, sino que es un sendero de montaña escarpado y lleno de dificultades. Pero siempre hacia adelante, hacia arriba, hacia el sol» Westheimer.
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